Pessoa da Silva Pinto, Leonardo – Scialabba, Daniela (eds.), New Avenues in Biblical Exegesis in Light of the Septuagint (The Septuagint in its Ancient Context. Philological, Historical and Theological Approaches 1), Brepols, Turnhout 2022, 346 pp. ISBN: 978-2-503-59806-2.

Se trata del primer número de la serie editada por Eberhard Bons en colaboración con Françoise Vinel y Christoph Kugelmeier, que publica monografías y trabajos de varios autores sobre la Septuaginta y su contexto filológico, histórico y teológico. Se quiere promover un enfoque polifacético que incluya tanto análisis de vocabulario y estilo, como estudios sobre historia textual de la Septuaginta y sus recensiones, sobre la sociedad judeo-helenística, estudios comparativos que consideren también fuentes no bíblicas (literatura, papiros, pruebas epigráficas...), e investigaciones sobre la historia de la recepción y su influencia en el pensamiento judío y cristiano.

El presente volumen tiene su origen en la conferencia internacional “Nuevas vías en la exégesis de la Biblia a la luz de los LXX”, celebrada en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma los días 23 y 24 de octubre de 2019, en memoria del profesor Stephen Pisano, S. J. († 7 de octubre de 2019). Además de las ponencias allí pronunciadas se recogen también artículos de otros expertos en la Septuaginta invitados a contribuir a esta publicación y se incluye al final un índice de los textos bíblicos tratados (341-345).

Al ofrecer una visión de la variedad de la investigación reciente sobre la Septuaginta, los editores se manifiestan “convencidos de que un enfoque polifacético de la Septuaginta arroja nueva luz no solo sobre la Biblia griega como tal, sino que permite comprender mejor su importancia para los estudios bíblicos en general” (7). En su intención, “el presente volumen pretende ser un alegato para que se tome en serio la Septuaginta en todos los ámbitos de la labor exegética y una demostración de que la atención a la versión griega no puede sino enriquecer la disciplina” (8).

Además de los enfoques exegéticos tradicionales, los autores de este volumen se plantean nuevas preguntas y formulan nuevas perspectivas, que no solo ayudan a la mejor comprensión de cuestiones como la historia textual de determinados pasajes o libros bíblicos, sino que sitúan también a la Septuaginta en un horizonte mucho más amplio que el de una mera “traducción” y consideran el valor literario que posee este mismo conjunto de textos, dada su heterogeneidad estilística, compositiva, literaria e histórica. Sus contribuciones investigan diferentes ámbitos: la filología, la lexicografía y la exégesis, abarcando tanto la crítica textual, como la narratología, la retórica, la pragmática del discurso, la intertextualidad y la crítica de la recepción.

Siegfried Kreuzer, “‘Sacar del tesoro lo nuevo y lo viejo’. Estudios sobre la Septuaginta y los métodos exegéticos” (9-26), plantea la necesidad de complementar los diversos métodos en los estudios de Septuaginta y estar dispuestos a modificarlos según los desafíos específicos que esta presenta a los enfoques tradicionales.

Daniela Scialabba, “Los no israelitas y el Dios de Israel. El vocabulario de la ‘conversión’ en la Septuaginta y en la literatura judía griega en su contexto grecohelenístico (27-39), muestra lo indispensable que resulta el estudio de este trasfondo para la comprensión de un concepto clave en el NT, indicando cómo determinadas palabras se convierten en “términos técnicos” a medida que la literatura judeo-helenística y los escritos cristianos posteriores evolucionan con el tiempo.

En “El uso de la Septuaginta en los comentarios críticos” (41-58), Emanuel Tov aboga por un uso más amplio y cualificado de las diferentes fuentes textuales en la elaboración de los comentarios exegéticos, señalando que todas tienen igual derecho y reconociendo que –dada la cualificación específica requerida por cada una de ellas– en adelante los comentarios deberían ser asumidos como una tarea colaborativa de varios exégetas.

Adrian Schenker, “El milagro póstumo de Eliseo en la historia textual (II Reyes 13,20-21). ¿Qué nos enseña este relato sobre la historia textual de los libros de los Reyes? (59-69), parte de las diferencias entre las versiones de TM, LXX y Vetus Latina para señalar los intereses estilísticos y literarios de cada una, así como sus fortalezas y debilidades de su propia transmisión textual.

“La capacidad de la Septuaginta para poner las cosas en su sitio. Retos de una edición crítica de IV Reinos / II Reyes 10,30-31; 13,14-21” (71-91) es el trabajo de Julio Trebolle, Pablo Torijano y Andrés Piquer. Considera la diferente posición que ocupan algunas unidades textuales cuando el texto griego antioqueno –y otros testigos relacionados con él, sobre todo la Vetus Latina– se comparan con el TM o la versión kaigé. Estos cambios de ubicación estarían relacionados con la historia de la redacción de los libros. Esto plantea un grave problema a ediciones críticas modernas como la de editio maior de LXX de Göttingen o el texto ecléctico de la Hebrew Bible Critical Edition, a la hora de reflejar estas diferentes redacciones tanto en el texto como en el aparato crítico.

En su contribución “¿Podemos entender las columnas del Primer Templo sin los LXX? Perspectiva textual e iconográfica” (93-103), Daniel Prokop complementa efectivamente los datos aportados por estos diferentes testimonios, y permite entender la ubicación y el significado simbólicos de Yakín y Boaz que pertenecían al vestíbulo del templo, señalaban el carácter sagrado del lugar al que se accedía y la permanente bendición que Dios desde allí aseguraba.

Cameron Boyd-Taylor, “Amán a través del espejo. La refracción del género en la Esther griega” (105-127), estudia el uso del género de la “epistolografía ficticia” en el libro griego y su función dentro de la estrategia narrativa de la obra, que estaría siguiendo modelos helenísticos.

“Retórica del discurso de Salomón en I Reyes 8,12-13 y III Reinos 8,53a” (129-156), de Peter Dubovský, ilustra el modo como los estudios de LXX pueden contribuir al análisis retórico. Presentando primero el discurso de Salomón en su contexto literario, analiza después las variantes textuales que revelan la presencia de dos discursos insertados en dos lugares distintos y mostrando que el mensaje cambia no solo en función del contenido sino también de la ubicación de dichos discursos.

Benedetta Rossi, “Lost in Translation: LXX-Jeremías a través del prisma de la pragmática” (157-181), estudia el acto de habla realizado en la traducción y nota cómo la búsqueda de estrategias discursivas puede influir en la traducción provocando cambios intencionales respecto del texto de origen, de un modo semejante a lo que se puede comprobar en traducciones latinas de clásicos griegos.

Leonardo Pessoa da Silva Pinto, “Aproximaciones narratológicas a la LXX de los libros de Samuel” (183-197), advierte que este tipo de análisis se puede emplear para entender un relato en LXX en sí misma y también para estudiar la evolución textual, valiéndose de los conocimientos de las técnicas de traducción, de la lingüística y de las características narrativas de la versión de la historia en el TM.

El extenso estudio de Martin Karrer, “Septuaginta y Nuevo Testamento en papiros y pandectas. Textos, intertextualidad y criterios de edición” (199-278), se aboca al estudio de manuscritos que combinan ambos cuerpos textuales, tanto en las formas fragmentarias en las que se documentan en los papiros, como en los grandes códices que reproducen la totalidad de las Escrituras cristianas. El grecismo latino pandectes es usado en el s. VI por Casiodoro para referirse a la Biblia Griega completa, cuyos primeros testimonios nos llegan del s. IV (una vez cesadas las persecuciones).

Luciano Bossina, “La litera de Salomón. Problemas textuales y exegéticos en Cantar 3,6-11” (279-302), se fija en la modificación intencional del texto hebreo de Ct 3,7 (“Salomón” en lugar de “Sulamita”, para evitar una alusión a la controvertida relación entre el rey bíblico y la reina de Saba), que sería anterior a la traducción griega, hecha ya sobre un texto corregido. Mucho más tarde, el autor de Chronicon Paschale que narra las victorias de Pompeyo combina la lectura de CtLXX 3,7 con la mención que hace Apiano de la “litera de Darío” llevada como trofeo por Alejandro Magno (guerras mitridáticas), para suponer que también Pompeyo –a quien le gustaba identificarse con Alejandro– había llevado en sus desfile triunfal la litera del rey judío. Así, aunque la “litera de Salomón” no existió ni en la realidad ni en la ficción literaria del Ct, terminó desfilando por Roma.

Georg Gäbel, “La lectura ‘según la revelación mostrada a Moisés’. Estudio de la influencia del texto de los LXX en la interpretación bíblica patrística” (303-326), toma como punto de partida el modo como Filón de Alejandría, Orígenes, el Pseudo-­Justino, Eusebio de Cesarea y Gregorio de Nisa interpretaron la cuestión acerca de la revelación de un “proyecto” o “modelo” del santuario (ExLXX 25,9.40; 26,30), la del sumo sacerdocio de Aarón, del tabernáculo o de los detalles de su mobiliario y muestra cómo la Septuaginta constituyó un puente entre la tradición bíblica y la epistemología y la cosmología de la antigüedad tardía.

El volumen se cierra muy adecuadamente con el artículo de Luca Mazzinghi, “La importancia de los LXX para la teología bíblica. Algunas notas sobre el método” (327-340), que comienza aclarando qué entiende por teología bíblica y planteando la posibilidad de laborar una teología de los LXX, para intentar finalmente encontrar un modo concreto de concebir la relación entre estas dos desde el punto de vista metodológico. Primero (336) hay que reconocer que “la Sagrada Escritura subsiste en diversas formas canónicas simultáneas” (A. Schenker “Réponse a l’exposé du prof. Max Seckler” en L’interpretazione della Bibblia nella Chiesa: Atti del Simposiso promosso dalla Congregazione per la Dottrina della Fede, Città del Vaticano 2001, 178-186) y que la pluralidad canónica más la diversidad textual nos obligan a aceptar que en el momento de la producción de los grandes códices cristianos “aún no había una ‘Biblia’ en el sentido actual”, sino que “las tradiciones bíblicas existían en diversas versiones” (W. Kraus, “Die hermeneutische Relevanz der Septuaginta für eine Biblische Theologie”, en W. Kraus – S. Kreuzer, Die Septuaginta – Text, Wirkung, Rezeption [WUNT 325] Tübingen 2014, 3-25, p. 20). En segundo lugar, hay que afrontar las grandes concepciones compartidas por la Biblia Hebrea, la LXX y el NT, como las ideas de Dios, del mesianismo, de la escatología, la relación entre Israel y los demás pueblos o de la oración.

Hay que alegrarse con trabajos en colaboración como este, que se asumen las consecuencias de la investigación realizada durante los últimos decenios en el campo de la crítica textual y de la historia de la redacción de los diversos libros bíblicos. No se puede sino estar de acuerdo con Mazzinghi que concluye su aportación advirtiendo que no se debe preferir una versión relegando las demás e invitando a aceptar la clara pluralidad textual y, en consecuencia, la pluralidad teológica de la Biblia. Si se lo quiere ver desde una perspectiva de fe, hay que decir que esta pluralidad responde a “la manera multiforme de hablar del Dios de la Biblia” (340).

Jorge Blunda

Pontificia Universidad Católica Argentina

jorgeblunda@uca.edu.ar